sábado, 5 de septiembre de 2009

Lascivo Frenesí (Investigaciones Acerca de la Histeria, parte II)

Jean-Martin Charcot presentando un caso de histeria



Es un hecho consabido, y ha dado a los hombres mucho paño para quejas, que las mujeres que resignan disfrutar del lascivo frenesí, a menudo alteran su carácter de curiosa manera. Se vuelven peleadoras, martirizadoras y querellonas, mezquinas y avaras; o sea, muestran típicos rasgos desalmados que no poseían antes, en la época de la feminidad. Comediógrafos y satíricos de todos los tiempos han dirigido sus invectivas contra la «vieja bruja» en que se ha convertido la dulce niña, la esposa amante, la madre tierna.
Así, descubre uno a su lado que lo que otrora fuera la mujer perfecta, es sólo una ilusión. Y nos desayunamos con que en ese ser se presentan las más extremas y antitéticas manifestaciones, que llegan a horrorizarnos, dejándonos estupefactos. De esta forma se advierte que en lo que al humor se refiere, hay risas y llantos, depresión y euforia, frialdad emocional y calor del verbo. En cuanto a la memoria, amnesias y recuerdos detallados. En lo que atañe a los estigmas sensoriales, hiperestesia y anestesia, apatía y volubilidad, mutismo e inclinación al rumor, ceguera y alucinación, anorexia y bulimia, amenorrea e hipermenorrea. Y qué decir de los trastornos motores, tics, clownismo, convulsión epileptoide, parálisis y contracturas. En virtud de una duplicidad siempre inasible, de la movilidad de la máscara misma, la apuesta en juego parece ser, en efecto, confundir los hábitos de pensamiento admitidos socialmente, desordenar los puntos de referencia del saber cultural, mostrando sus límites, sus avatares y sus obstáculos. De allí proviene la desconfianza constante de pensadores y amantes, que de buena gana abandonan sus pretensiones de explicar qué demonios sucedió en aquella metamorfosis de mariposa a gusano, de mágica mujer a vieja bruja...
No sé si parecerá demasiado atrevido que yo declare, siguiendo las pistas existentes, el supuesto de que lo que realmente ama una mujer es poner en evidencia que toda respuesta resulta insatisfactoria, que cualquier intento de descifrar sus enigmas es vano y fútil. Y lo que a primera vista les parece asaz sorprendente, erigiéndonos ipso facto como reyes y adorando nuestro cetro, se derrumba de un plumazo, caprichosamente, cual castillo de naipes. El monarca soberano se convierte en simple vasallo, cae la corona y su cetro deviene insuficiente para colmar sus incesantes antojos.
Nada de lo antedicho es noticia. A lo largo del siglo XIX y desde hacía cerca de mil años atrás, se definía este cuadro como Histeria. Deriva del griego, útero en la cabeza, la enfermedad de la hystera, es decir de la matriz. Los médicos trataban a sus enfermas, e incluso las curaban, o al menos se divertían intentándolo. El remedio preconizado consistía en hacer volver el útero errante a su lugar natural, por medio de todo tipo de trabajos manuales, como las consabidas frotaciones vulvares, además de los no menos estimulantes quehaceres concúbitos, calmando la actividad febril de la cabeza, que en la ociosidad y la ensoñación es llevada fácilmente hacia «abajo». Al ser considerada una enfermedad, las mujeres acudían periódicamente a recibir tratamiento médico, dándose así por aceptada la práctica y encontrando en muchas ocasiones en la consulta lo que no conseguían en su casa. En la actualidad ha quedado descartada esta postura, considerándose que no existe relación alguna con el útero ni que es una entidad exclusiva de las mujeres.
No obstante, los fenómenos persisten. Por lo tanto, a todas aquellas señoritas, que seguro de mala gana admiten sufrir de alguno de estos malestares antes expuestos, les proponemos la cura clásica. Y comprendan que en el peor de los casos, si subsisten los penosos fenómenos, nos habremos permitido poner a prueba la teoría, cuando no disfrutar un buen rato.

6 comentarios:

Andrea dijo...

clownismo un trastorno?

Arpías Insatisfechas donde antes había seductoras mariposas?

y todo solucionable con un masaje vulvar adecuado?

Suena un poco simplista.

Ili dijo...

MMMMMMMM.... MMMMMMMM...

Todavía queda pendiente debatir el anterior... y con este, mi estimado, también lo haremos...

Aún suponiendo que el 90 % de las féminas tenga esta tipología... no es generalizable...

Y...para cuando un post hablando del HISTERICO... vamos, juéguese, opine /sondea al género masculino...???

Y luego, volvemos a charlar ;)

Saludos Cordiales.

PD: tenga cuidado con la transposición analítica histórica sin contextualizar en el presente.

Ceci dijo...

jejeje, andás complicado con lo que alguna vez fue una seductora mariposa?

Ceci dijo...

Impsoible no decir que es bellísima la música, buen cambio, buen complemento. Baúl de recuerdos muy simpáticos. Saudos!

Nuria dijo...

uuuuuuuuy q larrrrrrrrrrgooooooooo

Virginia dijo...

cuanto hace q no pasaba por aca!me rei mucho.Es verdad q la mujer perfecta no existe, pero el principe azul tambien se destiño hace rato...besos!

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