Una vez escribí una carta, esperando conmover al destinatario, y creí que la respuesta, pronta y favorable, no tardaría en llegar. Eso fue hace 5 años. Aún espero. Yo creo que nunca le llegó.
Si la ves ahora, acá escrita, te doy la posibilidad de responderme. Sí, a vos te hablo.
Permítame el atrevimiento de enviarle esta misiva, sin previo aviso. Pero sabiéndome imposibilitado de arribar en estos días a un personal encuentro, me tomé la licencia de escribirle y enviarle este mensaje que hoy recibe.
Lo que motiva esta carta es hacerle saber que su presencia no es ignorada por estos lugares y aún menos su ausencia, que para ser precisos es lo único que se me hace presente.
Sabedor del brillo de sus ausencias, procedí a ejercerlas yo mismo en mi vida personal. Persiguiendo generar similares resultados en allegados y familiares, últimamente casi nunca nadie me ve. Me he hecho invitar a todas las fiestas, convites y reuniones que noticia yo tuviera, solamente para no ir. Me he rehusado a asistir a toda ceremonia, acto o agasajo, a cines, teatros y paseos culturales, para que mi desaparición notoria se hiciese. Cosa que algunos erróneamente entendieron como una forma de evadir y reconocer mi poca solvencia económica.
Sin embargo, la inasistencia absoluta es imposible. Uno siempre está en alguna parte. A propósito... ¿dónde está usted?
Debo confesarle que esta particular manera de expresarme se debe a la muy poca aproximación que he sentido en nuestra dudosa relación. Por tal razón decidí que sería oportuno utilizar ciertos modismos próximos a los vínculos protocolares, para evitar así procurarle salir de la posición un tanto distante que a mi entender se encuentra para conmigo. Esperando su pronta respuesta, me despido con un cordial saludo.
Gastón
martes, 30 de septiembre de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
5 comentarios:
SI no te contestó, no se merece hacerlo ahora. Una obra maestra de la sutileza y la esquivación emocional
Sos vos bajo un disfraz?
Dale, te descubrí...
ups
no hay inasistencias perfectas.
Es verdad.
tampoco hay presencias absolutas.
Acá estoy!
Publicar un comentario